Eterna Compañía: el arte de caer y seguir levantándose

En el arte de vivir lo fundamental no es no estar solo sino no saberse abandonado. Frente a todo lo que venga y todos los que acometan, queda una certeza. La confianza absoluta de que nadie está solo, incluso en la eterna soledad

Pol
2 min readJan 26, 2023
Photo by Kae Ng on Unsplash

Once segundos de un breve y seco intro de guitarra da la bienvenida a los solitarios melancólicos y necesitados. La voz aletargada, expandida y vacilante de Horacio ‘Marciano’ Cantero menea al sentimiento por casi un minuto.

Durante dos minutos y cincuenta y cuatro segundos el oyente navega el mar del desierto interior, la oscuridad anímica, el desamparo y la añoranza, pero lo hace con una certeza: hay que correr el riesgo de levantarse y seguir cayendo…

El oyente aprendió el miedo, lo conoció y frecuenta. Cada segundo se petrifica, un minuto se agiganta como una montaña, y el día, el día es una carga imposible de sobrellevar, principalmente cuando el tiempo danza en la madrugada…

Ya se fue el tren… de una oportunidad y otra, y una más. Parece que no regresarán jamás. Todo lo envuelve la eterna soledad. La gente busca su consejo. Pero lo que pocos saben, aprenden y visitan es la eterna compañía, la que acompaña al hombre en el arte de caerse y seguir levantándose.

Claro que no hay nada que perder cuando ya nada queda en el vaso. Queda también todo que ganar cuando ya ni siquiera queda el vaso. La copa rota renace ¡qué fuerte es el poder de un abrazo! Nadie te dijo…, o no lo recuerdas, pero cada día de vida es un cálido y eterno abrazo, tu aliento vital es la más tierna caricia de los cielos.

La soledad te da un cierto confort… la compañía una falsa incomodidad. Es la comunión de la sociedad celestial la que te realiza incluso en la gigantesca soledad. Nadie te dijo…, o no lo sabes o recuerdas: en el arte de ascender lo importante no es no caerse sino no permanecer caído.

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