Blockchain es una droga

¿Legal o ilegal? La criptografía desencadenó involuntariamente en montones de neófitos financieros un abuso y dependencia de una novel ‘sustancia’: las criptomonedas. Su uso no ha sido aun legalizado, pero es posible que transite el mismo camino de las llamadas drogas legales. No falta mucho para que se desencadene la “guerra contra las criptos”

Pol
4 min readNov 15, 2022
Photo by Hugo Jehanne on Unsplash

Los seres humanos ya conocían las propiedades psicoactivas de algunas plantas desde el amanecer las civilizaciones. Los curiosos ancestros despertaron a los alcaloides que dormían con placidez en las amapolas. Amanecieron así los rituales psicodélicos, las mentes idas, las locuras irracionales y las caricias para los cuerpos doloridos.

Nacía con el albor de la construcción de la humanidad un enemigo egoísta disfrazado de socialización que atraería a millones a sus brazos para premiar su dependencia y castigar su abstinencia. La medicina primitiva sumaba un nuevo elemento a su caja de herramientas que incluía fuego, agua, aire y tierra.

Luego de milenios la medicina introdujo la farmacología, estudiosa de las propiedades de las plantas y hierbas que desencadenaron las potencialidades de los componentes naturales. Esa sustancia pasaría a llamarse droga, una sustancia que puede prevenir o curar una enfermedad. Para la multitud la droga se convirtió en una sustancia usada para uso no terapéutico, autoadministrada, generadora de un placer, potencialmente dependiente en caso de abuso.

Los seres humanos ya conocían las propiedades adictivas de la criptografía. El desafío de hablar, escribir o descubrir un código (secreto) que solo unos pocos entienden era una oportunidad fascinante para la creatividad. Jean-François Champollion descifró la escritura jeroglífica estudiando la piedra Rosetta. Surgieron así las actividades lúdicas como los crucigramas, rompecabezas cuyo objetivo era descubrir algo oculto.

Nacía la técnica para para cifrar o codificar mensajes confidenciales destinados a sujetos específicos que alteraban sus representaciones lingüísticas para hacerlos problemáticos para receptores no capacitados.

Luego de milenios la criptografía informática introdujo blockchain, una herramienta con potencial para prevenir que acaparadores utilicen el dinero de sus clientes o usuarios, y/o que extraigan su información sin permiso y/o que compartan la identidad de las personas sin escrúpulos al mejor postor. Así aparecía la nueva internet, una herramienta que puede ayudar a las personas. Pronto las multitudes entendieron que padecían una enfermedad llamada centralización, que generaba cierto placer que ya era de dependencia luego de décadas de abuso.

¿Qué tipo de droga es blockchain?

Puede ser una sustancia inerte con efecto placebo como en la actual WEB3, que provoca un efecto positivo a ciertos individuos que no saben lo que están recibiendo. La mente maravillosa es víctima de un engaño a su ética: blockchain aparece como la solución activa contra la enfermedad de la WEB2. Pero eso no es real y no hay un consentimiento informado que introduce la deshonestidad entre las partes.

Asimismo, blockchain puede usarse con otros fines que nada tienen que ver con su esencia. Puede generar un abuso y dependencia por el placer de evadir o eludir a los poderes centralizados, por el delicioso deseo de gozar de una libertad casi ilimitada, o de enfrentar a los podersos ¡y ganarles, al menos una vez!

Pero también blockchain es solo un concepto.

Cuando era niño solíamos jugar a repetir una misma palabra cientos de veces rápidamente hasta el punto en que la lengua se trababa y/o el orden de las sílabas se invertía y/o esa palabra perdía todo su sentido. Era muy divertido ver cuánto tardaba cada uno en perder el sentido del vocablo porque irremediablemente todos sucumbíamos ante la monotonía vaciadora de conceptos.

La actualidad se parece cada vez más a ese juego de mi infancia. Repetimos conceptos una y otra vez hasta que olvidamos lo que simbolizan. O balbuceamos incoherencias sobre lo que falsamente sobre la esencia de una cosa. O cambiamos el sentido de las palabras para que expresen lo que nosotros queremos que enuncien, despreciando la conformidad del orden de lo establecido.

Con 480 millones de resultados en 0,66 segundos en Google Search, blockchain se ha multiplicado como un hongo (o como conejos). ¿Qué es blockchain? Una tecnología (¡dah!) que se apoya sobre internet que depende de las relaciones libres entre personas. La brújula también es una tecnología que se apoya sobre una realidad anterior, el magnetismo de la Tierra. La aguja imantada de la brújula siempre apunta el norte.

Si una mañana una persona se levanta y decide que el norte es el punto cardinal que señala hacia el Polo Sur geográfico posiblemente habrá risas, pero si luego las inmensas mayorías repiten casi al unísono esa consigna, ya no será nada gracioso.

La banda de despabilados conceptuales logrará que el norte como concepto pierda su sentido y que la brújula sea ‘arreglada’ para indicar hacia el sur. Sin embargo, el norte magnético terrestre no cambiará, aunque todo cambie.

La WEB3 abusa de una herramienta que nació con una finalidad positiva. Se parece cada vez más aun compuesto de vivaraches que crearon una dependencia con el fin placentero de amasar una fortuna. Es una droga estimulante en el corto plazo, pero mortal en un tiempo prolongado.

Hoy la aguja imantada de la brújula apunta forzada y artificialmente hacia el sur.

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